sábado, 4 de diciembre de 2010

Reportaje

En el año 2010, las descargas ilegales provocan pérdidas de 5000 millones de euros

“LA PIRATERÍA DEL SIGLO XXI”



ELENA SOLÍS RODRÍGUEZ- Las nuevas tecnologías han provocado la disminución de las ventas en el sector literario, provocando el desplome del negocio de la literatura. Debido a eso se ha creado una confrontación entre el formato impreso y el tecnológico. Esto ya sucedió hace miles de años cuando los pensadores abogaban por la enseñanza oral frente a la enseñanza escrita.


En el siglo V, los intelectuales rechazaban la nueva forma de contar las historias, mediante un aparato polvoriento y frágil, hecho de papel y cuero, el libro, ya que, las historias eran contadas de forma oral por los trovadores

Los grandes maestros como Buda, Pitágoras, Sócrates o Jesucristo jamás confiaron en el libro y ofrecieron toda su enseñanza de forma oral. Platón, en un pasaje del Fedro, afirma que los libros no contestan cuando se les pregunta, por lo que para éste filosofo leer constituye una pobre caricatura del diálogo semejante a tratar de conversar con una estatua. Otros grandes intelectuales de esa época, apoyaron la utilización de la cultura oral y de la cultura escrita en las calles y en las bibliotecas, de modo que el hombre ilustrado pudiera defender sus ideas ante los demás tanto por el dominio del discurso como por el de la redacción.

Como ocurrió hace miles de años, en estos momentos los propios literatos debaten sobre cuál es la mejor forma de expandir sus obras, como Lorenzo Silva el cual piensa que: "Hay que explotar simultáneamente los dos negocios. En el digital el precio debería ser casi simbólico, con poco margen porque es una herramienta publicitaria. Se dirá que es poco, pero es que es eso o gratis. En el futuro, de mis 35 libros podría ofrecer los 34 primeros juntos por 10 euros". ¿Y la ley? "Por un lado, los operadores pueden bloquear los contenidos ilegales, pero va contra su negocio; por otro, los juzgados españoles están saturados. Es la triste realidad: vivimos en un país sin ley". Con la gran expansión de Internet y la llegada de las nuevas tecnologías a nuestros hogares, se han creado nuevos dispositivos con el principal objetivo de “sustituir” en un futuro a los libros de papel: son los llamados libros electrónicos o ebooks.

El libro electrónico, también conocido como eBook, ecolibro o libro digital, es la nueva forma que han creado las grandes empresas digitales para leer libros. Aunque cualquier dispositivo puede ser utilizado como libro electrónico, desde un ordenador, pasando por una PDA hasta un portátil, desde principios del año 2010 han aparecido dispositivos cuya función es servir exclusivamente de libro electrónico. Estos “simples” aparatos se pueden conseguir por unos 250 € en las tiendas.

El ecolibro contiene una gran capacidad de almacenamiento con la que se pueden almacenar cientos de libros. Además algunos de ellos contienen conexión a internet para poder descargarse libros en cualquier momento y una de sus mayores ventajas es la creación de la “tinta electrónica” la cual permite que el lector pueda estar varias horas pegado al dispositivo sin que perjudique su vista. Pero, no todo son ventajas, ya que, el aparato tiene inconvenientes como su alto precio, la falta de retroalimentación, por lo que sólo se podrá leer en sitios con luz y el error generalizado de haber querido sustituir al libro impreso, llegando a crear copias de documentos con versiones que son difíciles de leer.

En mayo de 2010, apareció en el mercado un dispositivo electrónico llamado “Ipad”, aparatos con forma de tableta, de la marca Apple. Con la intención de desbancar a los simples “ebooks” el dispositivo será el regalo de estas navidades, ya que, es un aparato con un sinfín de aplicaciones que van desde el ser un teléfono inteligente hasta llegar a convertirse en un portátil. La pantalla que contiene retroiluminación facilitará la lectura por la que soluciona uno de los inconvenientes de los libros electrónicos. El precio de estos “multi-aparatos” está sobre los 700 euros. Según la consultora Gartner, se espera que la venta a nivel mundial de tabletas alcance los 20 millones de euros y que en 2011 llegue a los 55 millones de euros.

Ante las nuevas tecnologías y la crisis económica que sufre el país, el formato tradicional se resiente. Según los datos del estudio de Comercio Interior de Libro en España del año 2009, la venta de libros ha disminuido un 2’4 % respecto al año anterior. Debido a todo esto, los editores se han visto obligados a buscar otras formas de poder sobrevivir en el sector literario, como es el caso de la editora Carme Castells la cual responde ante la repercusión que tendrán las nuevas tecnologías en su editorial diciendo que: “La plataforma Libranda, creada por Planeta y otras editoriales, busca acercar todos los libros, incluidos los de Paidós, al llamado 'nacido digital', es decir, al joven que está más acostumbrado al ordenador que al papel. Pero en la otra mano tenemos un montón de lectores adultos que no quieren hacer el esfuerzo de adentrarse en el mundo digital, entre otros motivos porque tienen una relación de afecto con el libro en papel. Así que, por el momento, habrá una combinación de los dos universos.”

Pero, lo que los editores pensaban que fuera una nueva fuente de ingresos se ha convertido en un agujero negro, ya que, según el informe de la coalición de creadores e industrias de contenidos, la piratería de libros digitales ha aumentado al 35% en el primer semestre del año 2010.

En total, la descarga ilegal en el mundo del libro ocasiona unas pérdidas de 150 millones de euros en comparación con otro de los grandes problemas que provocan pérdidas en el sector literario como es la fotocopia no autorizada de libros, la cual provoca pérdidas de 100 millones de euros. Según la coalición de creadores e industrias de contenidos: “un 60% de las personas que descargan ilegalmente estarían dispuestos a pagar por las descargas”

Ante un mundo en el que el valor total de lo pirateado en Internet asciende a 5.000 millones de euros entre música, videojuegos, cine y libros… ¿Conseguirá el sector literario recuperarse de esta recaída?

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