miércoles, 7 de noviembre de 2012

Te estoy cogiendo como cariño


Te estoy cogiendo como cariño, a pesar de que parezca todo lo contrario. Te cojo cariño porque creo que me estoy como acostumbrando a ti, a tus saludos, a tus despedidas, a tus mensajes y, sobre todo, a tu capacidad de poder expresar en 140 caracteres o menos aquello que se te pasa por la cabeza. 

Se me hace raro el día en el que no tengo una conversación contigo, o en el que discutimos por cosas indiscutibles como que mi hijo se va a llamar Pablo o que el tuyo se va a llamar Junior. Discutamos lo que discutamos, somos capaces de tirarnos horas y horas idealizando nuestro mundo, creando nuestro futuro que quién sabe si ocurrirá o no, pero por ahora me parece bastante "cuqui"

Muchas veces pienso que una persona tan adorable no puede ser de este mundo. Respondeme a una pregunta ¿naciste en Marte no? Porque si no, no me explico las cosas que haces y las cosas que me dices. En esta bola redonda llena de agua llamada Tierra, los tíos acostumbran a ser mediocres, gilipollas y maleducados. Y por mucho que tire muros y rebusque entre los escombros no encuentro nada malo en ti. 

Bueno, en verdad si lo tienes. Somos muy distintos, yo una pijindie, tu un paleto. Tu adoras jugar a la PS3, yo no pierdo el tiempo en esas tonterías. Tu vistes de Hilfiger, yo de los saldos del Kling. Tu eres moreno, yo castaña. Tu de ciencias, yo de letras. Pero, a pesar de todas nuestras diferencias ¿nunca te han dicho que los polos opuestos se atraen? Creo que es la única teoría física que he aprendido durante toda mi vida y la única que tras experimentarla cientos de veces siempre da buen resultado ¿y por qué esta no será otra de resultado positivo? Quién sabe, lo único que sé es que lo importante no es tener principios, sino tener finales. Y si son contigo, mejor que mejor.

Elena



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